Escrito por: JADE.
Según los resultados de un estudio publicado en Behavioural Ecology, los murciélagos vampiro (Desmodus rotundus) tienen más conciencia sobre el cuidado y responsabilidad que deben tener en su comunidad que los propios seres humanos.
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Según los resultados de un estudio publicado en Behavioural Ecology, los murciélagos vampiro (Desmodus rotundus) tienen más conciencia sobre el cuidado y responsabilidad que deben tener en su comunidad que los propios seres humanos.
Puede sonar exagerado, pero es que viendo el comportamiento de las personas en todo el mundo y su rechazo a cuidarse y cuidar a los demás para que el COVID-19 deje de propagarse y cause los daños tan terribles que está provocando en la vida y la economía, es que me atrevo a asegurar esto.
El estudio se llevó a cabo con un grupo de 31 murciélagos capturados en Centroamérica. Se dividieron en 2 grupos, uno al que le inyectaron placebo como grupo de control y otro al que infectaron con endotoxinas para provocar su enfermedad. A ambos grupos se les colocaron sensores de proximidad para conocer su comportamiento.
Como casi todo en la naturaleza, la sabiduría de los murciélagos enfermos fue el inmediato aislamiento del resto de la comunidad para evitar contagios. De hecho, los murciélagos infectados registraron una disminución en los contactos horas después de haber sido inyectados con las endotoxinas. Así debe ser.
Surge la duda de por qué los seres humanos tenemos un comportamiento infantil, inconsciente y por demás irresponsable ante situaciones como las que estamos viviendo.
No puede ser que nos llamemos ‘seres racionales’ cuando ignoramos la evidencia que tenemos enfrente.
No puede ser que a muchos no les importe la salud propia y la de los demás. En una estúpida actitud de negar la existencia del coronavirus, mucha gente se ha desbordado a las calles sin tener la necesidad de hacerlo.
Y hay muchos otros que, aún estando justificados por la necesidad de salir, no toman las medidas necesarias para detener los contagios. No hacen uso correcto del cubrebocas, ni del distanciamiento social, mucho menos de la higiene de manos.
Una vez más queda demostrado que el humano tiene muchas lecciones por delante para portarse de forma más responsable consigo mismo y con su entorno; hasta entonces, no podremos decir que somos la cúspide de la evolución, puesto que seres a los que se considera inferiores, son más responsables y sabios que la mayoría.
Aún no hay cura ni vacuna y muchas ciudades alrededor del mundo están prácticamente regresando a una actividad pre-covid y las consecuencias ya se están sufriendo nuevamente.
A nada bueno nos llevará esta actitud. Mientras las cosas sigan igual respecto del nulo cuidado que tienen las personas, los contagios aumentarán, las muertes también lo harán y todos aquellos que quizá puedan sobrevivir al embate de la enfermedad no lo puedan hacer frente al embate de la miseria económica que se dibuja en el futuro cercano.
Punto para los murciélagos, tache para los humanos.
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