Escrito por: JADE.

Corte de carne


¿Café sin cafeína? ¿Pan sin gluten? ¡¡¡¿Carne sin carne?!!! Sí, está cada vez más cerca algo que prometen sea una revolución en cuanto a hábitos alimenticios. No sólo se trata de un invento para gente que le gusta experimentar con cosas raras; por el contrario, puede ser la clave para combatir la hambruna en el mundo y salvar nuestro planeta.

Para poder tener vacas de un tamaño considerable para el consumo humano, se gastan cantidades increíbles de agua y bosques (porque necesitan espacio para pastar, lo que supone la deforestación); así mismo, producen cerca del 20% de emisiones de gases de efecto invernadero. Es costoso, no solo por lo que se necesita desembolsar para adquirir la carne, sino también por los daños al medio ambiente en el corto, mediano y largo plazo. Además es terrible cuando uno se pone a pensar en el sacrificio diario de tantos seres vivos, que, aparte, no tuvieron una vida muy feliz que digamos.

Algo similar a lo descrito en el párrafo anterior pasa con las especies de corral y animales de granja comunes en nuestra dieta diaria. Y eso, sin contar que, de todas formas, el alimento no llega a todos los seres humanos en el mundo, por lo que urge una solución integral.

Vaca


Muchos científicos en el mundo comenzaron hace tiempo la carrera por diseñar carne que parezca carne, que sepa a carne, que huela a carne y que esté al alcance de la mano de todos, pero proveniente de fuentes distintas a la carne; es decir, a base de plantas. Si bien en el tema de costos aún no sabemos cómo va a ser por estar todavía en fase de desarrollo, se busca que este sea un objetivo principal para ayudar a quienes menos tienen y así, tengan a su alcance la proteína vital para nuestro organismo.

Si bien la humanidad ha tratado de hacer esto desde hace mucho tiempo, por ejemplo trabajando con la soya, el éxito no ha llegado. Existe quizá algo en el gusto o en la ausencia real de algo que se parezca a las fibras musculares, que no ha terminado por convencer al gran consumidor acerca del uso extendido de la soya, sobre todo, como sustituto de la carne.

En el caso de Novameat, laboratorio dedicado a diseñar carne a base de plantas, por mencionar un ejemplo, llevan tiempo hablando de sus avances en cuanto a diseñar una variedad de productos con un gran parecido a la carne en todos los sentidos, que podría ser considerada para su comercialización en masa tan pronto como en el 2021.

Son otros los que también están en esta carrera y con propuestas distintas; de hecho, algunos están tomando células de los animales de granja que comúnmente consumimos y a partir del cultivo de las mismas, están desarrollando carne en el laboratorio. Esto suena aún más cercano de lo que estamos acostumbrados a comer.

Lo que parece una constante en todos ellos es la utilización de impresoras 3D para ofrecer el producto terminado con la forma idónea, la cantidad exacta de nutrientes y hacerlo lo más atractivo posible para el consumidor y que esta sea una opción real para todos.

Ojalá y esto no se quede en algo pasajero o imposible de adquirir por los elevados costos. Si bien es un esfuerzo digno de admiración, es necesario que llegue a convertirse en poco tiempo en la solución que todos deseamos para que ni un solo ser humano en el mundo tenga hambre jamás, que ningún animal sufra por nuestra culpa y que nuestro planeta recupere la salud lo más pronto posible.


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