Escrito por: Aba KuMo.
Cuando era muy niña encontré un periquito verde recién nacido, estaba
tirado en el suelo porque habían podado el árbol donde estaba su nido 😢, no
tenía ni una sola pluma, todo él era gris, estaba muy asustado y aunque
todos los que lo vieron dijeron que era mu feo a mí me pareció muy bonito,
sus enormes ojos provocaron en mí una inmensa ternura, así que decidí
adoptarlo y cuidarlo, desde ese día se convirtió en mi inseparable compañero
y amigo, mi mamá escogió su nombre, “Pepe”, aprendí
desde entonces que las aves también son capaces de transmitir su cariño.
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Al pasar de los días empezaron a asomarse sus plumas hasta que se convirtió
en un hermoso periquito verde con copete de color naranja 🦜Había un
durazno en el jardín de mi casa que Pepe convirtió en su hogar cuando
creció.
Aprendió a decir algunas palabras que mi mamá le enseñaba mientras
yo estaba en la escuela, así que cada día que pasaba me sorprendía con una
nueva palabra aprendida, pero la sorpresa más linda fue cuando
aprendió a decir mi nombre, fue una de tantas formas en las que me
demostró que me quería tanto como yo a él.
Fue mi compañero en cada etapa de mi vida, incluso me hizo compañía
durante largas madrugadas mientras estudiaba cuando estaba en la
universidad, siempre sobre mi hombro.
Cuando murió me dolió mucho, sufrí tanto su pérdida 😞, es un
sentimiento difícil de describir.
El perico verde está en peligro de extinción 😭por la tala
indiscriminada de árboles, si por alguna razón llega a tus manos esta
historia, trata de mirar más a tu alrededor, cuando te topes con alguna
ave, cualquiera que sea, respeta su espacio y piensa que ellas también
tienen derecho a vivir en libertad.
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