Escrito por: JADE. 

 
Incompetencia

Ya seas gerente o subordinado, no importa en cuántas empresas has estado o cuál sea tu especialidad, estoy seguro que te topas con un incompetente todos los días. O lo que es aún peor: probablemente ten han catalogado como un incompetente más de una ocasión.

Como si fueran pocas las preocupaciones al interior de un equipo de trabajo, además, se tiene que lidiar con un jefe, subordinado o colega que no corre a la velocidad del resto del equipo por distintas razones y las cosas se ponen peor cuando del desempeño de todos depende la permanencia en un trabajo o el pago de un bono extra.

Afortunadamente, existen expertos que han podido entender este problema y lo han explicado de forma clara. Es el caso del educador canadiense, Laurence J. Peter, quien a finales de la década de los sesenta, arrojó luz al respecto.

En momentos podría parecer difícil aceptarlo, pero en realidad no tendría nada de malo que tantos quienes nos rodean como nosotros mismos, aceptemos el hecho de que tenemos un límite de capacidades, conocimientos técnicos hasta cierto punto, rasgos de personalidad específicos y un cierto nivel de alcances en muchos sentidos.

Vendedor

Por lo anterior, se ha demostrado que el mejor vendedor de la compañía, siempre estará en la mira de sus superiores para premiarlo con un ascenso y convertirlo en el gerente del equipo de ventas. Las expectativas son las obvias: que mejore el desempeño de todos los que estén bajo sus órdenes y los resultados se consigan rápidamente.

Sin embargo, en más de una ocasión se termina en la decepción. Pero ¿qué pudo haber salido mal? Pues la respuesta es sencilla: un elemento con altos conocimientos técnicos y fuerza para llegar a las metas establecidas por su empresa o superior, no necesariamente tiene el perfil de un buen líder, y los rasgos de su personalidad pueden desmotivar al resto del equipo.

Se dan casos en los que existe un excelente perfil de liderazgo; sin embargo, un bajo conocimiento técnico. Cuando esto pasa y la persona es ascendida esperando que su brillante forma de formar equipos ofrezca resultados pronto, pasa nuevamente algo tóxico en el resto de los miembros: les desespera y frustra su bajo conocimiento técnico y el hecho que haya sido promovido sin méritos suficientes desde el punto de vista de los logros obtenidos.

Por lo anterior, y tomando en cuenta el ‘Principio de Peter’, que explica que todos ascendemos hasta el nivel de nuestra incompetencia, se está proponiendo implementar dos tipos de evaluaciones para poder ubicar a la persona en el lugar correcto. Una es la evaluación de desempeño y la otra es la evaluación de potencial de gestión.

Gerente

En la primera, las empresas podrán premiar el desempeño y altos conocimientos técnicos de un empleado sobresaliente, sin la necesidad de hacerlo ocupar un puesto gerencial por no tener capacidades de liderazgo. Este premio lo mantiene donde está, quizá con un aumento salarial, aportando valor al equipo, convirtiéndose en una autoridad entre sus colegas, lo que supone que será escuchado y sus palabras tendrán influencia y autoridad.

En la segunda, la empresa se asegurará de encontrar a las personas más hábiles para formar y dirigir equipos. Motivarlos para la consecución de objetivos, pero sin las enormes presiones que se pueden tener en cuanto a la falta de conocimiento especializado.

De hecho, en mi opinión, la propuesta es dividir la gerencia en dos, para que el equipo se siente comprendido y tenga una buena fuente de conocimientos técnicos pero, al mismo tiempo, motivado y bien orientado a la consecución de resultados.

Equipo de trabajo



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